El público puede poner a prueba sus conocimientos sobre el arte rupestre, comprobar si reconoce los útiles procedentes del Paleolítico, convertirse en habitante de la cueva durante la Prehistoria a través de un “espejo” virtual o pintar en el aire con sus manos y ver el reflejo de su pintura en una cueva interactiva.
Una entretenida zona para profundizar en aspectos sobre el arte paleolítico y sobre la Cueva de Tito Bustillo, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO.