Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en Tito Bustillo desde su descubrimiento han revelado una ocupación muy intensa de la Cueva, durante las fases más recientes del periodo Magdaleniense, es decir, hace entre 15.000 y 11.000 años.
Los habitantes de la Cueva en ese periodo, grupos de cazadores-recolectores y autores del arte de su interior, fueron los creadores de una de las fases culturales más ricas del Paleolítico Superior europeo. Con respecto a épocas anteriores, la variedad tipológica de sus útiles se incrementan: azagayas, arpones, espátulas, varillas... son objetos de la vida cotidiana que muestran una enorme riqueza cultural.
Los restos de fauna encontrados en los yacimientos arqueológicos nos hablan de la caza como una de las actividades básicas de estos pueblos. A esto se une la evidente actividad de recolección y pesca tal y como indican los magníficos arpones hallados en Tito Bustillo.
Donde más sorprende la capacidad creativa de los grupos magdalenienses es en la decoración de herramientas y en la fabricación de adornos y objetos decorados cuya funcionalidad se desconoce. Se han encontrado adornos como conchas, útiles ricamente decorados como arpones, azagayas, varillas o espátulas, y plaquetas de piedra grabadas con motivos similares a los encontrados en las paredes de la Cueva. Mención especial merecen los denominados colgantes, cuyo máximo exponente es la denominada cabeza de cabra, por lo espectacular de su trabajo en tres dimensiones.
En esta sala se exponen las reproducciones de las piezas más importantes encontradas en el yacimiento de Tito Bustillo, agrupadas según su temática (costura, pesca, caza, adornos, etc.) y confeccionadas con materias primas originales (huesos, asta, piedra…). La información de la sala se completa con un audiovisual con testimonios de los principales investigadores de la Cueva.