Fernando Alba / María Álvarez / Tania Blanco / Iyán Castaño / Maite Centol / Kela Coto Assaf Iglesias / Lisardo / Hugo O´Donnell / Elena Rato / María Jesús Rodríguez
Centro de Arte Rupestre Tito Bustillo
Texto del comisario
Todo arte verdadero es contemporáneo, lenguaje universal cuyo núcleo se transmite inalterado a lo largo del tiempo y a lo ancho del espacio. Joaquín Vaquero Turcios.
Lo que es eterno reúne a once artistas de diversas generaciones y distintos planteamientos estéticos con el objetivo de mostrar el valor de la obra de arte como huella y como testimonio. El proyecto surge con la intención de profundizar en las constantes que han hecho que, desde la Prehistoria hasta nuestros días, la creación plástica sea una de las principales manifestaciones de los seres humanos. Hay algo en la obra de arte que la hace imperecedera, existe un hilo invisible que, a pesar de su fragilidad, la convierte en eterna.
El 5 abril, los/las artistas realizaron una visita a la cueva de Tito Bustillo junto a un guía especializado con el objetivo de acercarse y profundizar en los distintos aspectos que, desde un punto de vista geológico, arqueológico y artístico, han convertido a esta cueva en un referente mundial. Aquella visita fue el punto de partida para que cada artista plantease la experiencia de una manera personal. Muchas preguntas y múltiples reflexiones traducidas al lenguaje plástico mostrando cómo este mágico lugar sigue siendo un lugar para el asombro, centro de inspiración, recreación y pretexto para abordar la creación plástica contemporánea.
El mundo se transforma continuamente y en esa transformación el arte retiene algo que perdura en el tiempo, que lo hace eterno, existe una conexión directa entre la cueva, las pinturas rupestres de Tito Bustillo y las obras de arte que ahora se exponen.
Lo que es incuestionable es que las aportaciones que hoy nos ofrecen las creadoras y creadores están inmersas en ese peregrinaje sin fin que es la historia de la humanidad. Sus obras de hoy serán el Patrimonio del futuro.
Asociación Atelier de Proyectos
Comisario: Santiago Martínez
Cartelas
Maite Centol
Pintar la tierra con tierra (13 bloques de pintura y 1 dibujo para colorear)
13 bloques de pintura, 2025
Pigmentos, cera virgen de abeja, aceite, 10x10x5 cm c/u aprox.
(Desarrollo de un proceso creativo utilizando óxidos, para realizar 13 bloques de material pictórico, siguiendo el análisis de materiales y su estadística realizados por los investigadores Balbín y Alcolea sobre las pinturas de la cueva de Tito Bustillo).
1 dibujo para colorear, Las Sapiens, 2025
Dibujo sobre papel de acuarela 125x100cm
(Caligrafía sobre papel de acuarela; repetición armónica y rítmica, incidiendo en el valor representativo a través del valor gráfico, para volver a dibujar, replicando a modo de castigo, "escribir algo 100 veces" las vulvas sapiens del Camarín).
La idea de una cueva viva es un planteamiento latente en Pintar la tierra con tierra, se concreta en dos elementos, abiertos a modificarse en su planteamiento.
La idea del material como contenedor de conocimiento, de tiempo, de experiencia, de pensamiento es fundamental en esta propuesta… El pigmento como la base del pensamiento abstracto, en la innovación conductual, así como en el pensamiento simbólico.
Una reflexión sobre la materialidad a través de la experiencia de transformar la materia prima. Activar su potencial expresivo es un retorno continuo a la exploración, a palpar la materia, interactuar con las herramientas, hacer, reflexionar, observar, deshacer y rehacer, constituyen una manera de abordar la práctica creativa desde la acción.
Fernando Alba
La memoria de las piedras, “Eros”, 2025
Arenisca, martillo percutor y pintura, 75x127x53 cm
El pasado nos configura, me interesa el silencio del tiempo, el silencio de aquellos que nos precedieron y que está en nosotros ya para siempre, y suena y resuena a través de la historia, el silencio primigenio al que siempre volvemos para iniciar nuevas aventuras, en el silencio de lo eterno, en el silencio de lo más profundo del ser humano, silencio ancestral, ese hilo conductor que nos conmueve y humaniza.
Necesitamos el arte para comunicarnos desde lo más profundo, para transcender la realidad, para dialogar con lo desconocido, para sentir que conectamos con lo oculto que hay en nosotros, el arte nos despierta y cuestiona nuestros sueños más banales.
Fernando Alba
La memoria de las piedras, “Silencio Orgánico”, 2025
Arenisca, radial, agua y pintura, 45x123x105 cm
Percibo en las piedras que presento un silencio orgánico que se consolida y hace volumen, estructura magmática que se construye en las entrañas de la tierra impregnándose de su energía y construyendo su memoria.
La memoria de las piedras, en ese diálogo con su morfología, activa la emoción y la razón para ejecutar unos signos sobre la superficie y construir un diálogo de tiempos, y el agua, como fuente de vida y elemento transformador del subsuelo crea paisajes subterráneos.
Me gustaría pensar que mi obra se compone de pequeños fragmentos de la historia a través del tiempo, me mueven los interrogantes, el misterio, los enigmas.
María Álvarez
Lo que fluye, 2025
Acrílico sobre papel montado en tabla y bastidor, 22 x 29 x 5 cm. c/u
Grabación y montaje del río San Miguel: Pablo Casanueva.
Lo que fluye se compone de un díptico, en el que lo subterráneo es parte principal del mismo, y la sonoridad del río San Miguel, protagonista “silenciosa” que reivindico con esta obra.
La naturaleza del agua es fluir, estar en movimiento y estar sujeta a cambios constantes. El curso del río San Miguel discurre subterráneo, a pocos metros por debajo de la cueva, la atraviesa y, aunque no lo vemos, sí se oye en varios tramos del recorrido: este aspecto conecta y cohesiona mi propuesta al proyecto Lo que es eterno.
Tania Blanco
Eco, 2025
Instalación cerámica, medidas variables (200x 200 cm en este caso)
Mi obra es una instalación mural compuesta por distintas piezas cerámicas en tonos rojos y negros. Al igual que las pinturas de la cueva, los rojos se obtienen gracias a una alta proporción de óxido de hierro, mientras que los negros provienen de un mayor contenido de manganeso. Estas formas cerámicas se sitúan en un territorio de ambigüedad: pueden evocar símbolos enigmáticos cargados de un sentido desconocido o bien remitir a herramientas arcaicas, cercanas a lo que podría haber creado la mano humana en sus primeros gestos de creación.
Esa tensión entre lo que se conoce y lo que permanece velado es el núcleo de mi obra. Mis piezas no buscan ofrecer un mensaje descifrable, sino abrir un espacio de incertidumbre. En ellas, lo eterno no es el objeto en sí, sino la pregunta que despierta: ¿qué permanece cuando el sentido se ha perdido, cuando sólo quedan la huella material y el eco de un gesto humano?
Iyán Castaño
Sin huellas, 2025
Gráfica expandida sobre lienzo, 190 x 150cm
Caminar sobre la arena es escribir sobre un lienzo vivo y cambiante, me recuerda que mi paso por el mundo es efímero, pero nunca del todo invisible. Cada huella es testimonio de lo que fui, memoria de un instante compartido con la tierra y con el mar, con quienes me precedieron y con quienes aún vendrán.
Sin huellas plantea que, aunque todo se borre, lo importante es el gesto. El simple hecho de caminar, de insistir en ese tránsito, nos conecta con un ritual universal que se ha repetido durante miles de años. El mar sigue borrando, nosotros seguimos dejando huellas. Y en ese juego eterno entre la aparición y la desaparición se desvela la paradoja de lo efímero: lo que nunca permanece es, a la vez, lo más constante.
Kela Coto
La sonrisa arcaica, 2025
Video Full HD color 5:43 min.
La Cueva de Tito Bustillo son un testimonio de la historia y la cultura prehistórica, sin embargo, mi obra en esta exposición busca traer a la luz una realidad contemporánea que contrasta fuertemente con este pasado místico. Hoy en día, la cueva y sus alrededores no son depositarios de historia, sino que se han convertido en objeto de una actividad extractivista cuya única finalidad es la explotación intensiva de los recursos naturales.
El título La sonrisa arcaica hace referencia al primer estado de la mente descrito por Jean Gebser que pertenece a esta época prehistórica. La conciencia arcaica percibe el mundo de manera inmediata, sin una distinción clara entre sujeto y objeto y se caracteriza por una profunda conexión con la naturaleza y un sentido de unidad con el entorno. Esta mente arcaica sigue presente en nosotros, ¿Qué pensarían entonces de nuestra relación con el territorio y cómo esto puede afectarnos si su visión aún forma parte de nuestra conciencia?
Assaf Iglesias
Lo que hacemos en la cueva, 2025
Acrílico sobre madera de deriva lijada con concha de mejillón amoroso, medidas variables.
¿Qué hacíamos en las cuevas?
De todo; comer, beber, dormir, tocarnos, bailar, fabricar anzuelos y puntas para arpones, volver a tocarnos y muchas cosas más. Una de las cosas que más me gustaba hacer era iluminar con antorchas a los artistas que nos decoraban las cuevas; me gustaba porque había que moverse poco (prácticamente nada) y muchas veces podías hacerlo sentado. Era importante no malgastar energías por si había que salir corriendo por culpa de algún depredador. A cambio, los artistas nos regalaban pintura que les sobraba, acto que se agradecía mucho porque ellos eran los únicos que sabían cómo hacerla. En la cueva que ahora llaman Tito Bustillo (nosotros, los miembros de mi tribu, la llamábamos Xanadú) uno de los artistas nos regaló pintura; nunca había visto un color semejante, y así descubrimos el violeta.
Assaf Iglesias
Lo que hacemos en la cueva, 2025
Acrílico sobre madera de deriva lijada con concha de mejillón amoroso, medidas variables.
En mi tribu había dos grupos: los tira-piedras y los lija-palos. Por mi naturaleza, me uní a los segundos.
Recolectábamos palitos en las orillas y desembocadura del río, así como en lo que actualmente conocen como playa. Los dejábamos secar y los pulíamos y lijábamos con conchas de mejillones, pero no de un mejillón cualquiera; tenían que ser de mejillón amoroso.
Tras aplicar la pintura los juntábamos en una hendidura del suelo de la cueva y la cubríamos con una piel; por turnos sacábamos un palito cada vez. Dependiendo del grosor, forma y color pintado de los palos, sabíamos cuales iban a ser nuestras tareas el día siguiente. Por ejemplo, si escogías un palito de tamaño inferior a tu dedo índice, algo curvado y pintado de lila, sabías que tenías que ir a por berberechos a la ría.
Así que lo que van a ver en las vitrinas es un complejo sistema de comunicación con muchas variaciones posibles, y a su vez una especie de abecedario críptico con el que asignar labores a los miembros del grupo.
Era mucho más estético, divertido y disciplinado que oírnos.
Lisardo
Sin título, 2025
Tres piezas de 160x130cm, 20x50 cm y 20x50 cm
Acrílico/lino
Mientras tú te alejas, la caverna se hace gruta infranqueable. Ayer y hoy el mismo fuego enfriándose en esta oscuridad sin fin.
Ante el vértigo de tu nada revelada, mi nada en si se oculta
XXX
Donde el ayer y el hoy retienen la existencia, toda percepción de estar en el tiempo es instante, instante eterno
XXX
En lo profundo, donde la raíz del tiempo no osa aventurarse, la cima sucede como acto cotidiano. Mientras tú, en sueño de vida para siempre, te sumerges en el agua estancada de mi alma, tesela de dios.
Regresar, sí, ¿pero adónde? *
*Extracto del texto del autor para el catálogo: Decirte, en lo que es eterno, hace fluir el tiempo. Agua estancanda en el vivir para si.
Hugo O´Donnell
El clan del Quentu la Payarina, 2025
Instalación de 21 piezas de distinto formato, acrílico sobre lienzo
La estalactita de les vulves, 2025
12 piezas de 10x10 cm, carboncillo sobre lienzo
Siempre que empiezo el viaje sobre un lienzo en blanco, intento tener presente la emoción que tuvo que sentir, la primera persona que fue consciente del trazo de su dedo sobre la pared húmeda de una cueva, esas primeras huellas de humanidad, son las que más me interesan de la historia del arte.
Con esta premisa y después de la visita a la cueva de Tito Bustillo, surgen estas piezas:
El clan del Quentu la Payarina, (gracias a la colaboración de todos mis vecinos de Busloñe), y La estalactita de les vulves, como pequeño homenaje al Camarín.
Elena Rato
Panel desnudo, 2025
Instalación específica, tela de culla sobre soporte escultórico, medidas variables.
Al igual que en la Prehistoria se utilizaron las cuevas y sus paredes como soporte, aprovechando los relieves naturales rocosos para resaltar partes de sus dibujos, los soportes de estas pinturas desnudas ensalzan la forma por encima de todo.
Mi propuesta enlaza con la línea creativa que vengo desarrollando en los últimos años. La pintura se convierte en objeto, en instalación pictórica. Concibo el bastidor no como un mero soporte, sino como un cuerpo en transformación que se articula tridimensionalmente y se proyecta al espacio. En las investigaciones iniciales hacia este nuevo camino, vengo realizando manipulaciones sencillas a partir del bastidor convencional de madera. Los cortes y ensamblajes que me llevan a variar las formas regulares del formato clásico, generalmente cuadrado o rectangular, han dado paso a soportes irregulares multiplicando exponencialmente los formatos en una gran variedad.
María Jesús Rodríguez
Cartón I - Estalagmita, 2025
Cartón + pintura + barniz, 194x35x30 cm.
Cartón II - Estalactita, 2025
Cartón + pintura + barniz, 2 piezas, 110x30x22 cm. y 192x28x20cm.
Siempre me ha conmovido una mirada hacia el paisaje mínimo, modesto, relacionado con mi vida y con mi memoria, por eso mi predilección por las pizarras del occidente de Asturias, los pedreros, las cunetas o las huertas y en esta ocasión las formaciones calizas de la cueva de Tito Bustillo. Una estalactita y una estalagmita.